Mi primera vez con María

Bueno, debo ser cauta al expresar estas palabras porque se puede crear una mala interpretación, aunque quizás quienes son habilidosos con los juegos de palabras puedan entender a qué me refiero.

Aunque conozco a una María, no es precisamente ella, pero sí una que me hizo sentir diferente. También debo ser cauta al narrar porque a papi Google no le gustan estas cosas ni a mami Pinterest.

Pero paso a contar mi pequeña experiencia; como les he contado en algunos artículos anteriores, viajé a Estados Unidos por un Work&Travel todo bien hasta ahí, hay muchas cosas interesantes y buenas que rescato de ese viaje.

Yo soy una persona que considera que para poder hablar de algo con firmeza primero hay que conocer ese “algo”, pero ojo, con límites y sin alteraciones del orden ni tampoco a terceros.

No estoy estoy informada sobre las leyes en los yunaites, pero la verdad es que no es nada difícil conseguir a muchas marías de distintas «cualidades» y a sus amigas aún más agresivas y de placer efímero.

Ya había sentido curiosidad por tenerla, aunque sin saber dónde encontrarla y no es que la buscara, pero tuve curiosidad por conocer su paradero, además tampoco tenía a nadie de confianza para esas cosas, es que a veces no importa si tienes buena química con las personas, algunos cambian cuando su razonamiento se ve interferido por sustancias extrañas.

Continuando con mi relato, en una ocasión un amigo que conocí allá me presentó a maría, aunque ya había conocido a otras personas que también habían pasado el rato con ella y sus amistades fuertes y me contaron sobre los efectos que tuvieron en ellos y bueno, cada cuerpo reacciona distinto a lo desconocido, por mi parte me puse a leer en internet qué es lo que podría esperar de maría.

En la reunión que tuve con aquel amigo y otras amigas que conocí en el trabajo probamos a maría, bueno yo intenté probarla por primera vez, pero no tuve ningún efecto, nada le pasó a mi cuerpo y no sentí nada, así que lo dejamos para otra ocasión.

El día de mi regreso a Perú aquel amigo me hizo el favor de llevarme al aeropuerto, desde Fort Myers hasta Fort Lauderdale, pero antes de partir pasamos por una tienda de conveniencia y ahí compró la cosita para envolver a maría.

Me hizo olerla y diablos, apestaba para mí, pero según él olía a frutas…luego nos fuimos para su casa pero nos quedamos dentro del auto frente a su cochera, ahí prendió a maría y me invitó a conocerla nuevamente.

Para serles honesta detesto el cigarrillo, lo fumé por primera vez al cumplir 18 y en mi casa con mi papá, pero sentí mucho asco, no entiendo cómo eso les puede gustar a las personas, es decir, el sabor que te deja, el olor, todo es horrible y aunque intenté darle oportunidad en algunas otras ocasiones todo fue en vano y decidí dejarlo ahí. Detesto el cigarrillo.

María y Bob
Bob y María

Así que cuando probé a maría tenía la misma mortificación, pero esta vez era un nuevo experimento…empecé a sentir sus efectos, como se iba apoderando de mi cuerpo, leí sobre los cosquilleos, sobre la risa, los ojos chinitos, posibles vómitos, el aletargamiento.

Mis efectos fueron esos aunque sin vómito, primero sentí un espasmo que incluso a mi amigo le llamó la atención, pero inmediatamente comencé a sentí un hormigueo que empezó en mis pies y rápidamente subió a todo el cuerpo, sentía que hablaba en cámara lenta, me sentía torpe, también leí que en la primera vez puede causar paranoia, así que tuve que controlarme y razonar todo lo que me estaba ocurriendo, porque si me dejaba llevar podría asustarme de la peor forma y maría hubiera sido una experiencia traumática.

Lo primero que hice fue intentar luchar contra la lentitud de mi habla, pero fue imposible.

Después de los hormigueos, la lentitud en el habla y mis acciones, comencé a sentir mi rostro un poco extraño y creo que no dejaba de sonreír, por más que quisiera, estaba china de risa. Como dije, trataba de razonar en todo momento, pensé que si hubiera un problema ahí mismo o si él hubiera resultado una mala persona, estaría tan torpe para reaccionar, que hasta una tortuga me habría ganado caminando.

Debo decir que me alegra haber estado con una persona decente, porque estar con maría no te hace indecente ni mala persona; las malas personas existen con o sin ella. Por lo tanto, agradezco a ese amigo que hizo lo necesario para que tenga una buena experiencia y un recuerdo chistoso.

Puedo recordar lo que experimenté quizás porque maría no fue fuerte, también leí sobre el sueño y el hambre. Mi amigo puso primera y arrancó rumbo al aeropuerto y según sus palabras le era más fácil manejar así porque lo ayudaba a estar más despierto.

Debió ser su experiencia porque yo me quede dormida unos minutos después de arrancar, desperté por algún puesto de control o peaje y recuerdo que él decidió manejar por otra ruta. En USA tienes la opción de pagar peaje o irte por una ruta más larga para evitarla.

La carretera era muy oscura, es como estar yendo por la Carretera Central en plena madrugada, todo oscuro y solo se ilumina la pista por los faros de los vehículos. Me dio un poco de temor pensar que podríamos tener algún accidente.

A los minutitos de haber despertado sentí un hambre feroz, como si no hubiera comido en todo el día, felizmente tenía un poco de pan de molde y obviamente lo comimos entre los dos; estábamos muy contentos por comer.

Y listo, eso fue toda la experiencia, llegamos al aeropuerto, nos despedimos y yo aún debía esperar a mi vuelo de la tarde del día siguiente. Creo que en ese momento era las 11 de la noche, eso no recuerdo bien, así que busqué una silla libre y me puse a dormir con mis maletas bien amarradas y aseguradas a mí.

Desperté con dolor de cuello, pero intacta.

Para culminar, ni el cigarro, ni maría me hicieron pensar en relajarme, creo que me generaron cierto estrés por pensar en el humo, si bien mari fue más divertida, no es que volvería a repetir la experiencia, bastó con esa.

Considero que hay distintas razones para querer estar con maría, también estoy convencida de que las malas razones te llevan a empecinarte con ella y luego buscar a sus malas amigas.

Mi amigo ya no la frecuenta, está felizmente casado y tiene otra vida. También descubrí que en mi país no importa la clase social cuando se trata de disfrutar de ella, lo consiguen de cualquier forma. Claro que la diferencia es en el costo y su calidad.

Sí considero que maría debe ser legal, pero creo que ahora no es el momento, tan solo viendo que el alcohol es consumido por menores, a pesar de tener la restricción y que hay fiestas por el sur de Lima donde la juerga es para quien puede pagar y que a pesar de la prohibición de estar con mari algunos disfrutan de ella y de sus amigas agresivas. Dejarla al libre albedrio con un falso control solo acarrearía  más problemas a nuestra sociedad.

Mientras no existan políticas publicas adecuadas para limitar el alcance de menores a esto, su utilización legal se sumaría al del alcohol, con esto no quiero decir que en la práctica no existan “degustadores”, porque los hay en todos los estratos y de todas las edades, pero es mejor controlarlo desde la ilegalidad que intentar controlarlo con una legalidad corrupta.

En lo que sí estoy de acuerdo es que maría debe sufrir su transformación para que ayude con sus esencias a quienes lo necesitan y creo que en más de una ocasión han demostrado su beneficio, entonces, parte de la políticas públicas debería ser invertir en ayudar a la gente con un producto que puede ser transformado en algo beneficioso.

Esto tampoco es apología a la amistad con maría o sus pésimas amigas y malas influencias,  tampoco soy quien para prohibir su amistad, cada quien es dueño de sus decisiones y todos somos conscientes de sus efectos. Pero se debe tener muy claro que todo en exceso es muy dañino, aunque sean gramos, el hábito convierte a la persona.

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